Contexto histórico:
El hiperrealismo es una tendencia radical de la pintura
realista surgida en Estados Unidos a finales de los años 60 del siglo
XX que propone reproducir la realidad con más fidelidad y objetividad que
la fotografía. A veces se confunde con el fotorrealismo que es menos
radical.
El término hiperrealismo es también aplicable a
la escultura y la historieta (Luis García, Alex Ross,
etc).
Éste tiene un origen en la tradición pictórica estadounidense,
favorable a la literalidad del trampantojo, como muestran los cuadros de
finales del siglo XIX de William Harnett o John
Haberle. Los artistas hiperrealistas tratan de buscar, con el más radical de
los verismos, una transcripción de la realidad usando los medios técnicos y
fotográficos de la manipulación de las imágenes. Consiguen con la pintura al
óleo o la escultura, el mismo detallismo y encuadre que ofrece la fotografía.
En la década de los 1920, los pintores del precisionismo ya
trabajaron con la ayuda de fotografías fielmente reproducidas (como en el caso
de Charles Sheeler, pintor y fotógrafo a la vez). Pero es innegable que el arte
pop sigue siendo el precursor inmediato del hiperrealismo, pues toma la
iconografía de lo cotidiano, se mantiene fiel a la distancia de su enfoque y
produce las mismas imágenes neutras y estáticas.
Aunque es complicado establecer un origen concreto para el
hiperrealismo, sí puede sostenerse la idea de que el movimiento surgió en
Estados Unidos, en los años en los que triunfaban allí las distintas corrientes
derivadas de la abstracción.
El Hiperrealismo busca mantener en la pintura la conexión con la visión fotográfica del encuadre y la traducción fiel de la escena. Por tanto, los temas son representados con exactitud minuciosa e impersonal en los detalles, por medio de una agudeza óptica llevada a cabo con tal virtuosismo técnico, que supera la "visión" del objetivo fotográfico.
Algunos representantes de este estilo trabajan a partir de
fotografías, tratando con igual agudeza y precisión todo el cuadro.
En algunos caso se utilizan grandes tamaños de cuadros y pintura
plana, que aspiran a producir la impresión de inmensas ampliaciones
fotográficas.
Se va de lo real a la fotografía y de la foto al cuadro,
reafirmando dos veces lo real o, tal vez, distanciándose doblemente del objeto;
no hay una mirada subjetiva sobre la realidad, puesto que las imágenes son
frías.
El propósito del Hiperrealismo es acercarse a una supuesta
objetividad visual en la representación de retratos, naturalezas muertas,
interiores y paisajes, a través de un singular método de trabajo que compagina
técnica y disciplina.
Una disciplina de síntesis para la ejecución en la que
intervienen los más modernos recursos infográficos junto a una superficial
aplicación del color, por medio de veladuras y empastes y una destreza en el
atrapamiento de la luz en el lienzo.
Cuándo apreciamos una buena obra hiperrealista, asistimos al más
notable triunfo de la representación, debido a la máxima eficacia del oficio
como modo de producción y método de apropiación de la realidad visible.
Pero también es cierto que se produce saturación de la
información visual: el apego a la transcripción objetiva normalmente dificulta
el despliegue de una audacia imaginativa mayor o divertimentos cromáticos que
permitan las necesarias sugerencias poéticas de las imágenes expuestas.
Artistas y obras representativas:
Jorge Dáger:
A Jorge Dáger le fascinan las frutas. Las representa gigantescas
y esplendorosas en su saludable aspecto. Parece, que les falta solo la
fragancia. Su minuciosa descriptividad causó que algunos críticos hayan visto
en ellas una expresión del hiperrealismo. Y probablemente, las primeras
composiciones del pintor podrían sugerir este juicio.
Las obras de Jorge Dáger representan las bien organizadas
agrupaciones de las frutas tropicales, tratadas con un gran realismo; las
mismas frutas que el artista conocía y apreciaba desde su niñez, vivida en gran
parte en una finca familiar guariqueña. Las robustas y apetitosas naranjas,
lechosas, cocos, caimitos y semerucos, a veces vistos muy de cerca, o en un
corte compositivo parcial, exaltan su aspecto, de forma desmesurada, son
representados en su rica y sensual materialidad de texturas. La pintura de
Dáger muestra las pieles lisas y brillantes, o al contrario, porosas y
ligeramente manchadas; algunas frutas aparecen abiertas, para permitir a una
mirada curiosa penetrar sus gelatinosas partes internas, generosamente bañadas
por la luz del trópico. Jorge Dáger como fiel exponente del hiperrealismo
agranda el formato y sus frutas adquieren toda la luz. Su trabajo posee una
exactitud rica en color. Su maestría es inmejorable en el manejo de la luz y en
la creación de envolturas de plásticos con una precisión de versátil línea,
revalorizando, eso sí, la realidad desde una perspectiva fresca y fulgurante;
no hay anacronismo en su trabajo, sino una propuesta de acabada estética donde
el talento y la técnica se entrelazan para brindar al espectador, en abierta
exposición, una realidad de meticuloso trazo e inaudita belleza.
Fuente: http://bibliontecario.blogspot.com/2010/02/jorge-dager-le-da-vida-la-naturaleza.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Hiperrealismo http://aprendersociales.blogspot.com.ar/2010/10/hiperrealismo.html
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